CON PRE... O NO
Si de PRE’s
tenemos que hablar, tendré que decir desde el inicio que esto no es un recetario para calentar viejas. Y cuando digo que no es un recetario, es porque
ni siquiera es la misma técnica en una mujer siempre, mucho menos lo será para
todas.
En la mayoría de
las mujeres influyen muchas cosas; el día del mes, el tiempo sin coger, el
lugar al que las llevan, la lonjita, si la ropa interior combina, la sobriedad,
la luna, la marea, el unicornio azul que se escapó… Para otras, eso es
irrelevante, porque ven el sexo como un modo de escapar de todo lo mencionado
antes, así que cuánto más rápido las cojan, mejor.
Pero el tema en
cuestión no es qué tan locas estamos… sino que, incluso hablando de un PRE, nos
atrevamos a probar. Precisamente porque ya son muchas cosas físicas las que nos
alteran el mood, no es necesario
agregarle miedos, dudas o más tabúes.
“No soy una puta para que me coja así nada
más”
“Si no me consiente antes, significa que no
me quiere”
“Sin pre, me siento un objeto sexual”
“Si no es lindo al principio no puedo”
La peor de todas…
“Tiene que calentarme”
Así sin más, tiene
que. Es tan absurda la frase como decir “Tiene
que hacerme terminar” -porque no es su obligación, y además, no hay cosa
más satisfactoria en el sexo, que poder calentarse y llegar al orgasmo cuándo
una quiera-.
Y aquí debo decir…
¡Bullshit! Que le dedique tiempo a
fajarte antes de introducir su pene en ti no significa que te quiera o estime
más. Que con cariño te lleve a la cama no significa que no está pensando solo
en sexo. Como tampoco que no lo haga, significa que te valore menos. Y si están
pensando que es estúpido porque sin PRE simplemente no se puede, entonces…
[… Sonó el timbre, a la hora de siempre. Ella
había preparado café y le esperaba para platicar sobre aquella pelea que tuvo
en la mañana con su jefa. Dejó los últimos vasos a medio lavar para ir a abrir
la puerta. Caminaba descalza, despeinada, en su pijama favorita. Abrió la
puerta y sonrió como todos los días al verle. Él devolvió la sonrisa y cerró la
puerta tras de él. Ella regresaba a terminar de lavar los trastes cuando sintió
sus manos agarrándola por la cintura. La jaló con fuerza, pasó una mano
alrededor de su cuello, lo apretó con fuerza y le susurró al oído:
-
No sabes cuánta falta me has hecho
Pudo
sentir su erección en seguida, restregándose con sus nalgas. Y la humedad se
apoderó de su vientre. Él levanto su vestido, hizo a un lado sus bragas y metió
su erección en ella. Ahí, en medio de la cocina y el comedor, en medio de los
vasos a medio lavar y el café recién hecho. Fue una penetración profunda,
lenta, en silencio y muy fuerte. Sin cruzar miradas, sin cruzar besos, sin
cruzar saludo, se la cogió con todas sus ganas. Él recorría las manos por todo
su cuerpo y ella solo apretaba los puños y gemía. 7 minutos después, se corría
en su vientre y ella… a ella le temblaban tanto las piernas mientras disfrutaba
de un orgasmo inesperado, que se sentó en el sofá con una sonrisa de oreja a
oreja. Él le besó la frente, terminó de lavar los vasos y sirvió café.
-
¿Cómo estuvo tu día, hermosa?
-
Un poco mal… la clienta pidió correcciones de nuevo. Mi jefa está desquiciada… ]
El sexo con PRE,
es riquísimo. Pero, el sexo sin… son puras pinches ganas y deseo en acción. La
historia pudo haber empezado con muchos besos, caricias y cariños; y que, al
terminar él se sentara y la mandara por café mientras se rascaba un huevo. Cómo
te empiezan a coger no significa nada. Todos hacemos maravillas para tener
sexo. ¿Cuántas no hemos dicho “es la más grande que he visto” solo porque nos
cojan con gusto? Así es. El PRE está sobrevalorado, como muchas cosas en el
sexo. Y aunque quizás no estemos hablando del mejor sexo que vayas a tener en
la vida, ni diciendo que siempre deba ser así. Si es una experiencia que sin
duda quedará entre tus favoritas.
Hemos de librarnos
de esos miedos e ideas de que coger por coger, nos convierte en una mujer menos
correcta, menos propia, o de menos valor. El sexo no hace menos. Es todo lo
contrario.
No hay mujer más
segura de si misma, que la que es dueña de su sexualidad, de sus ganas, de sus
orgasmos, de su sexo; porque esa, es y será siempre una mujer satisfecha.
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