MENU SEXUAL
¿Alguna
vez han platicado de objetos sexuales mientras toman un café con sus
amigos? Estoy segura que la mayoría dirá que no, porque no es un
tema “normal” de conversación. Y si somos honestos quizás
tengan razón. Es dificil imaginar tomar un sorbo de café y decir:
-
Compré un vibrador nuevo. Ha sido mi mejor compra del mes. Lo pedí
por internet a “esta” página, y solo me costó “tanto”
Lo
cierto es que aunque muchos de nosotros -o casi todos- hemos entrado
a una Sex Shop o hemos visto el “menú de objetos sexuales” en
los moteles, somos menos del 40% los que hemos usado alguno.
Extrañamente cuando se habla de esto, muchos hombres responden de
inmediato “¿Para qué si me tiene a mi?” y las mujeres dicen
algo como “¿Para qué algo de plástico? No me va a besar”.
Pero...
el uso de objetos sexuales va más allá de si el pene de tu pareja
te satisface o no, o si te coge bien o no. No se compra un dildo o un
vibrador por no tener con quien coger solamente. Por extraño que
pueda sonar -aunque sinceramente espero que no sea así- habemos
quienes disfrutamos de estimularnos de diversas formas antes, durante
o después de tener sexo con nuestra pareja, con la finalidad de
aumentar la excitación. Y eso es la clave para no caer en la
costumbre.
Siempre
he considerado que lo único peor que no tener sexo, es tener sexo
rutinario. Y una muy eficiente forma de evitarlo es perderle el miedo
a experimentar. ¿Por qué tiene que ser sinónimo de perversión ir
a una Sex Shop, curiosear y comprar? ¿No debería ser como comprar
una blusa que te gustó? Es decir... pasé por ahí, la vi, me gustó
y la compré. No es que no pueda vivir sin ella, pero sin duda hará
mi vida más feliz por el simple hecho de que me gustó.
Sucede
lo mismo con la sexualidad. Los tabúes impuestos a lo largo de la
vida sin duda han tenido motivos -válidos o no-; pero la madurez que
con el tiempo se va adquiriendo como sociedad, implica también el ir
dejándolos atrás. La sexualidad y el modo en que cada quien decide
vivirla, debiera ser tan libre de hablar, como de practicar.
Atrévete
a entrar a esa Sex Shop, a comprar un dildo, un aceite estimulador,
un dilatador. Atrévete a usar ropa interior con vibrador en un lugar
público -y que tu pareja tenga el control-. Atrévete a usar ropa
interior comestible, condones fluorescentes. Solo atrévete y
disfruta de tu sexualidad del modo que te de la gana, que para eso es
nuestra.
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