FETICHE TU, FETICHE YO
Sabemos que los
fetiches existen. Pero cuándo nos toca aceptar o asumir los nuestros –aunque
sea solo con uno mismo-, sigue dando miedo o vergüenza. Ya ni hablar de la
posibilidad de hablarlo con alguien. Aunque yo creo que debería ser
obligatorio cuando empiezas a salir con alguien.
Lo cierto es que ninguna persona se molestaría si su pareja le confesara un fetiche, pero el 40% de las mismas personas evita hablar de los suyos por miedo o vergüenza. ¿Por qué? Si todos sabemos que es algo normal. Si, más normal de lo que creemos…
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Sí, mi familia es de Medio Oriente, pero me mudé para acá hace 5 años. ¡Ah! Y me
gusta coger en público y que me amarren. ¿Nos conocemos más?
Lo cierto es que ninguna persona se molestaría si su pareja le confesara un fetiche, pero el 40% de las mismas personas evita hablar de los suyos por miedo o vergüenza. ¿Por qué? Si todos sabemos que es algo normal. Si, más normal de lo que creemos…
El 40% de las
personas tiene fetiche con alguna parte del cuerpo, el 22% con prendas y el 35%
con el cabello… Pero también el 37% tiene con Sumisión-Dominación y Lugares
Públicos. Se imaginan cuántos lugares públicos hemos visitado y ni cuenta nos
hemos dado de que hay personas cogiendo ahí. O cuántas personas que saludamos
con formalidad traen debajo de la ropa manos marcadas, mordidas o algún tipo de
laceración. Cuántas veces no hemos saludado una pareja en un restaurante
mientras ella lo acariciaba por debajo de la mesa.
Estamos rodeados
de la gente y sus fetiches; ya sean tatuajes, piercings, moteles, barbas,
disfraces, música, texturas, olores, lugares, entre otros. Hay tantos, como
personalidades. Y algo es cierto, TODOS TENEMOS FETICHES. Y es parte del
aprendizaje sexual, descubrir los nuestros. NO SON algo raro, extravagante o
sinónimo de insatisfacción sexual, sino clave importante de la satisfacción sexual –no lo es todo, pero si una clave a
favor-.
Quizás en este
punto estés considerándote una persona muy openmind
y libre sexualmente porque reconoces los tuyos y te dan igual los que los demás
pudieran tener. Pero, ¿cuándo fue la última vez que hablaste del tema con
alguien? ¿Se imaginan que, en nuestras pláticas cotidianas, en vez de criticar
la vida ajena, nos diéramos consejos para disfrutar de una vida sexual más
plena?
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Tal canción me llevó más rápido al orgasmo.
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Esta ropa le excitó mucho a mi pareja.
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Probé esto antes de coger. Fue una locura.
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Anoche no pude terminar. ¿A qué crees que se deba?
Más pláticas así
en este mundo por favor. Porque ya sean fetiches, filias, fobias, perversiones,
experiencias, miedos o lo que sea, las conversaciones sexuales no debieran ser
en voz baja.
Al final de
cuentas, Todas las personas –por aquello de lo inclusivo-, Hacemos.
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